PAUTA DE LENGUAJE
CON RECOMENDACIONES PARA EL HOGAR
JARDÍN “MI RAYITO DE SOL”
Estimados papitos:
A continuación le entregamos algunas
recomendaciones para incorporar dentro
de su entorno familiar, en beneficio de nuestros niños. Es importante que
tengamos presente que como adultos, somos fundamentales en el proceso de
desarrollo del lenguaje de nuestros niños.
ü GENEREMOS INSTANCIAS DE COMUNICACIÓN.
o
Es
importante que el niño tenga la necesidad de hablar para pedir lo que necesita
y/o pueda expresar sus emociones. No nos conformemos con que señale con el dedo
o haga pataletas para facilitarle la tarea. Para lograr esto es importante
aprovechar el entorno familiar y cualquier situación en la que se genere
comunicación.
ü COMO HABLAMOS LOS ADULTOS, HABLAN
NUESTROS NIÑOS.
o
Como
adultos, debemos preocuparnos de pronunciar adecuadamente las palabras con las
cuales nos expresamos frente a los niños, ya que ellos aprenden a producir el
lenguaje a través del modelo que le damos.
ü ACOMODESE A LOS TIEMPOS DE SU HIJO
(A), PROCUREMOS QUE SE EXPRESE LIBREMENTE.
o
Cuando
el niño se equivoca es importante no insistir en el error y menos presionarlo
para que diga la palabra correcta, ya que lo único que haremos, es hacerlo
consciente de su error, generándole además situaciones de estrés que no
favorecen la producción. En esos casos se debe reaccionar naturalmente,
volviendo a producir la palabra correctamente.
ü APOYEMOS SU INTENCIÓN DE COMUNICAR.
o
Démosle
la oportunidad y el tiempo para que nos cuente lo que ha hecho en el jardín o
durante el día, que exprese sus
necesidades, sus sentimientos y/o emociones.
ü REFUERCE A SU HIJO (A) POSITIVAMENTE.
o
Cuando
su hijo (a) produzca adecuadamente una palabra que le ha costado, felicítelo
con un gesto, una sonrisa o un abrazo, ya que estas acciones evitaran su
frustración y le darán mayor seguridad para seguir produciendo otras palabras. NO
es necesario regalar objetos materiales para agradar a nuestros niños.
ü ENTREGUEMOS NUESTRO TIEMPO Y PACIENCIA.
o
Entreguemos
mayor cantidad de tiempo a nuestros niños para que logren expresarse, esperarlo
hasta que termine la producción de palabras, frases y/o historias que nos
quiere contar. No lo expongamos a
situaciones de fracaso como decirle; “eso no se dice así”, “habla bien”, “no te
entiendo nada de lo que me dices”, etc. Estas acciones solo generarán
frustración y disminuirán sus ganas de comunicarse.
ü EVITAR BURLAS Y LA INFANTILIZACIÓN DEL LENGUAJE
o
No
reírse cuando su hijo (a) pronuncie mal una palabra, por más divertido que esto
resulte, ni menos utilicemos nosotros esa palabra errónea, ya que estaremos
acentuando el error. Evitemos además hablarle como si fuese un bebé o expresarnos
con malas palabras, ya que ellos hablarán igual a nosotros.
ü ESTIMULE A SU HIJO, MUÉSTRELE SU
ENTORNO.
o
Al
menos una vez al día léale cuentos,
cuéntele historias y converse con ellos para desarrollar su comprensión. Luego
de esto es importante que el niño exprese lo aprendido, comentando la actividad
y formulando preguntas en relación al tema presentado. Estas actividades
aumentaran la comprensión y su vocabulario.
ü ELIMINAR
MALOS HÁBITOS ORALES.
o
ELIMINAR EL USO DE LA MAMADERA.
§ No prolongar
el uso de mamadera más allá del tiempo normal, ni tampoco utilizarla por
comodidad para nosotros, ya que nos alterara la funcionalidad de nuestros
órganos fonoarticulatorios, que son los que participan en la producción de las
palabras.
o
ELIMINAR EL USO DEL CHUPETE DE
ENTRETENCIÓN
§ Mientras
el niño prolonga el uso del chupete, disminuye su producción oral, ya que hay
un elemento interpuesto en la boca, que interfiere en el lenguaje oral. El niño
necesita utilizar su musculatura orofacial para comunicarse.
o
LAVAR LOS DIENTES DESPUÉS DE CADA COMIDA
§ Una
adecuada higiene bucal es importantísima en la prevención de caries. Fomentemos
los buenos hábitos en nuestros niños.
Si logramos reforzar e incorporar en
nuestras rutinas los consejos anteriormente mencionados, ayudaremos a adquirir
herramientas imprescindibles en el desarrollo normal del lenguaje de nuestros
niños.
__________________________________________
¿Cómo lidiar con un niño (a) grosero (a)?
Un
niño grosero puede contestarle de mal modo, maldecir, imitarle o hablarle sin
respeto cuando se enoje, se frustre o quiera atención. Si tu hijo no puede
dejar este mal hábito, tendrá problemas con sus profesores, compañeros de
clase, de equipo o familiares, quienes lo considerarán un niño maleducado u
ofensivo, esto no solo afectará negativamente su entorno sino también a él como
persona, ya que el mal genio o vocabulario lo puede llevar a alejar a buenas
amistades. Privándolo así de desarrollar una sana vida social.
Para
ayudarlo: Utiliza técnicas motivacionales y de comportamiento cuando
interactúes con tu hijo para ayudarlo a hablar correctamente y a tratar a los
demás con respeto.
Dado
que el buen desarrollo del lenguaje es importante para la interacción con sus pares, los padres debe
tener muy en claro que los niños son imitadores y actúan según el ejemplo
entregado por los adultos que lo rodean. Por ello también es importante no
expresarse de forma grosera, menos en presencia del pequeño.
Por
lo tanto en los primeros años de vida del niño o niña prevea los problemas de conducta
que puedan venir a futuros, comencemos a observar tempranamente, conversar en familia y tomar decisiones que vayan en
beneficio del niño o niña.
¿Cómo disciplinar a tu niño
de tres años?
Escrito por Shelley Frost | Traducido por Sandra Magali Chávez Esqueda
Los "difíciles
dos años", tienen una mala reputación, pero algunos padres encuentran que
los tres años son muy difíciles cuando se trata de comportamientos. Disciplinar
a su niño de 3 años de edad, le ayuda a aprender los límites y el
comportamiento adecuado, que lo ayuda a una mejor función en la sociedad. La
disciplina va más allá de castigar a tu hijo cuando hace algo mal. También
incluye la prevención de problemas de conducta. Cada tiene niño una
personalidad un poco diferente, por lo tanto, la mejor manera de disciplina
también varía de los 3-años de edad, a la siguiente. Probar diferentes métodos
de disciplina ayuda a encontrar la mejor manera de manejar a tu hijo.
La disciplina le enseña a tu hijo acerca de
los límites y el comportamiento apropiado.
¿Cómo disciplinar a tu niño
de tres años?
Escrito por Shelley Frost | Traducido por Sandra Magali Chávez Esqueda
Los "difíciles
dos años", tienen una mala reputación, pero algunos padres encuentran que
los tres años son muy difíciles cuando se trata de comportamientos. Disciplinar
a su niño de 3 años de edad, le ayuda a aprender los límites y el
comportamiento adecuado, que lo ayuda a una mejor función en la sociedad. La
disciplina va más allá de castigar a tu hijo cuando hace algo mal. También
incluye la prevención de problemas de conducta. Cada tiene niño una
personalidad un poco diferente, por lo tanto, la mejor manera de disciplina
también varía de los 3-años de edad, a la siguiente. Probar diferentes métodos
de disciplina ayuda a encontrar la mejor manera de manejar a tu hijo.
Instrucciones
1
Evalúa el comportamiento de tu hijo de 3 años de edad. Ten en
cuenta los comportamientos negativos que él expone y que deseas cambiar.
Identifica los comportamientos que presentan un riesgo para la seguridad y
utilízalos para crear un conjunto de reglas simples y básicas. Esto ayuda a tu
niño a reducir su frustración.
2
Crea un ambiente estimulante e interactivo para tu hijo. Mantén
los elementos interesantes que le permiten jugar con los que sostienes a su atención,
manteniéndola ocupada para que ella no encuentre problemas. Retira los objetos
peligrosos o frágiles que pueden tentar a tu hijo de 3 años de edad, y
conducirlo a meterse en problemas.
3
Crea una rutina que funcione bien
para tu familia y tu hijo. La rutina le da un marco previsible, lo que le
permite saber qué esperar.
4
Da a tu hijo de 3 años de edad
algunas opciones cuando sea posible. Por ejemplo, puedes dejar que escoja entre
dos conjuntos de ropa diferentes o pedirle escoger las verduras para acompañar
la cena. Esto le da un sentido de independencia. Sentirse más en control ayuda
a evitar algunas rabietas y problemas de conducta de algunos niños.
5
Disciplina a tu niño cuando tome una
decisión de comportamiento negativo. Dale algo más aceptable que hacer en lugar
de la conducta inapropiada. Si comienza a dibujar en el piso con lápices de
colores, llévalo fuera a dibujar con tiza. Redirigirlo te permite darle una
actividad más aceptable, manteniendo una actitud positiva acerca de la disciplina.
6
Establece consecuencias para tu hijo
si no responde a tu redireccionamiento. Usando las consecuencias naturales o
lógicas ayudas a enseñar a tu hijo acerca de cómo sus acciones tienen un
impacto. Por ejemplo, si se derrama su plato de comida, haz que te ayude a
limpiar el desorden.
7
Considera el castigar encerrando al
niño como una consecuencia si no hay una consecuencia lógica o si la
consecuencia lógica es inapropiada. Una pauta general es colocar a tu niño el
mismo número de minutos que su edad, o 3 minutos para uno de 3 años de edad.
8
Ayuda a tu hijo de 3 años de edad a
expresar sus sentimientos. La incapacidad para expresar con precisión sus
necesidades o sentimientos a veces conduce a la mala conducta. Practica la
identificación de emociones diferentes cuando el niño está tranquilo. En cuanto
a imágenes de rostros o de hacer frente a ti mismo para mostrar diferentes
emociones ayuda a los niños a identificar sentimientos. Habla acerca de
situaciones específicas y cómo esos acontecimientos hicieron que tu niño se
sienta. Por ejemplo, si su hermano le rompió el juguete favorito, ayuda a darse
cuenta de sus sentimientos de ira y tristeza.
9
El NO es una palabra
que debe existir en la crianza de los
niños y en el lenguaje oral y corporal
para que crezcan sanos, equilibrados y responsables. El amor no se muestra entregando de inmediato las cosas o
entregar todo lo que desea. El No es parte de la vida que nos guía por el buen
camino en todos los aspectos.
Padres descuidados Vs.
padres responsables
Ninguna guía de
paternidad garantiza el éxito con todos los niños en todas las circunstancias,
pero las conductas parentales específicas pueden aumentar las posibilidades de
que tus hijos crezcan para ser adultos sanos, equilibrados y responsables. La
crianza de los hijos sin cuidado puede hacer que los niños se sientan inseguros
y sin amor, a menudo resulta en problemas de disciplina y baja auto-estima.
Para asegurarte de que tu comportamiento parental tiene un efecto positivo,
mantén a tus hijos responsables de sus acciones, pero hazlo de una manera
amorosa y firme para que les anime a
hacer lo mejor.
Un padre responsable educa a su hijo.
1
Evalúa el comportamiento de tu hijo de 3 años de edad. Ten en
cuenta los comportamientos negativos que él expone y que deseas cambiar.
Identifica los comportamientos que presentan un riesgo para la seguridad y
utilízalos para crear un conjunto de reglas simples y básicas. Esto ayuda a tu
niño a reducir su frustración.
2
Crea un ambiente estimulante e interactivo para tu hijo. Mantén
los elementos interesantes que le permiten jugar con los que sostienes a su atención,
manteniéndola ocupada para que ella no encuentre problemas. Retira los objetos
peligrosos o frágiles que pueden tentar a tu hijo de 3 años de edad, y
conducirlo a meterse en problemas.
3
Crea una rutina que funcione bien
para tu familia y tu hijo. La rutina le da un marco previsible, lo que le
permite saber qué esperar.
4
Da a tu hijo de 3 años de edad
algunas opciones cuando sea posible. Por ejemplo, puedes dejar que escoja entre
dos conjuntos de ropa diferentes o pedirle escoger las verduras para acompañar
la cena. Esto le da un sentido de independencia. Sentirse más en control ayuda
a evitar algunas rabietas y problemas de conducta de algunos niños.
5
Disciplina a tu niño cuando tome una
decisión de comportamiento negativo. Dale algo más aceptable que hacer en lugar
de la conducta inapropiada. Si comienza a dibujar en el piso con lápices de
colores, llévalo fuera a dibujar con tiza. Redirigirlo te permite darle una
actividad más aceptable, manteniendo una actitud positiva acerca de la disciplina.
6
Establece consecuencias para tu hijo
si no responde a tu redireccionamiento. Usando las consecuencias naturales o
lógicas ayudas a enseñar a tu hijo acerca de cómo sus acciones tienen un
impacto. Por ejemplo, si se derrama su plato de comida, haz que te ayude a
limpiar el desorden.
7
Considera el castigar encerrando al
niño como una consecuencia si no hay una consecuencia lógica o si la
consecuencia lógica es inapropiada. Una pauta general es colocar a tu niño el
mismo número de minutos que su edad, o 3 minutos para uno de 3 años de edad.
8
Ayuda a tu hijo de 3 años de edad a
expresar sus sentimientos. La incapacidad para expresar con precisión sus
necesidades o sentimientos a veces conduce a la mala conducta. Practica la
identificación de emociones diferentes cuando el niño está tranquilo. En cuanto
a imágenes de rostros o de hacer frente a ti mismo para mostrar diferentes
emociones ayuda a los niños a identificar sentimientos. Habla acerca de
situaciones específicas y cómo esos acontecimientos hicieron que tu niño se
sienta. Por ejemplo, si su hermano le rompió el juguete favorito, ayuda a darse
cuenta de sus sentimientos de ira y tristeza.
9
El NO es una palabra
que debe existir en la crianza de los
niños y en el lenguaje oral y corporal
para que crezcan sanos, equilibrados y responsables. El amor no se muestra entregando de inmediato las cosas o
entregar todo lo que desea. El No es parte de la vida que nos guía por el buen
camino en todos los aspectos.
Padres descuidados Vs.
padres responsables
Ninguna guía de
paternidad garantiza el éxito con todos los niños en todas las circunstancias,
pero las conductas parentales específicas pueden aumentar las posibilidades de
que tus hijos crezcan para ser adultos sanos, equilibrados y responsables. La
crianza de los hijos sin cuidado puede hacer que los niños se sientan inseguros
y sin amor, a menudo resulta en problemas de disciplina y baja auto-estima.
Para asegurarte de que tu comportamiento parental tiene un efecto positivo,
mantén a tus hijos responsables de sus acciones, pero hazlo de una manera
amorosa y firme para que les anime a
hacer lo mejor.
Un padre responsable educa a su hijo.
Educación
Un padre responsable nutre a sus hijos sin ser crítico o
dominante para que aprendan a tomar sus propias decisiones. De acuerdo con las
"4 Ways of Parenting Description" en el sitio web de la Buffalo State
University, un padres en la crianza utiliza una voz suave para fomentar un
comportamiento apropiado. Los padres educados afirman a sus hijos y se centran
en los rasgos positivos del carácter, lo que les ayuda a aprender a ser
amables, compasivos y misericordiosos. Un
padre descuidado ignora a sus hijos, responde airadamente a circunstancias
difíciles y da excusas o desobediencia. Hacer comentarios degradantes o
criticar a un niño por sus esfuerzos es una manera descuidada de manejar las
responsabilidades de la crianza.
Un padre responsable nutre a sus hijos sin ser crítico o
dominante para que aprendan a tomar sus propias decisiones. De acuerdo con las
"4 Ways of Parenting Description" en el sitio web de la Buffalo State
University, un padres en la crianza utiliza una voz suave para fomentar un
comportamiento apropiado. Los padres educados afirman a sus hijos y se centran
en los rasgos positivos del carácter, lo que les ayuda a aprender a ser
amables, compasivos y misericordiosos. Un
padre descuidado ignora a sus hijos, responde airadamente a circunstancias
difíciles y da excusas o desobediencia. Hacer comentarios degradantes o
criticar a un niño por sus esfuerzos es una manera descuidada de manejar las
responsabilidades de la crianza.
Disciplina justa
Los padres
capaces proveen disciplina justa para que los niños aprendan a respetar a los
demás y seguir las reglas importantes. Según el boletín "Times
Family", publicado por la New Mexico State University, los niños
desarrollan una autoestima positiva, sentimientos de adecuación,
autoconciencia, capacidad de cooperación y comportamiento responsable cuando
crecen con directrices. Los padres responsables utilizan altos niveles de
alabanza para recompensar el buen comportamiento y penalidades justas para
castigar un comportamiento inaceptable. Los padres irresponsables ignoran por
completo la disciplina o castigan con arrebatos emocionales. Un padre
descuidado podría descuidar el alabar el comportamiento positivo, castigar con
dureza por ira o frustración o se olvida de tomar directrices claras. Los niños
prosperan cuando la disciplina es firme, justa y coherente.
Los padres
capaces proveen disciplina justa para que los niños aprendan a respetar a los
demás y seguir las reglas importantes. Según el boletín "Times
Family", publicado por la New Mexico State University, los niños
desarrollan una autoestima positiva, sentimientos de adecuación,
autoconciencia, capacidad de cooperación y comportamiento responsable cuando
crecen con directrices. Los padres responsables utilizan altos niveles de
alabanza para recompensar el buen comportamiento y penalidades justas para
castigar un comportamiento inaceptable. Los padres irresponsables ignoran por
completo la disciplina o castigan con arrebatos emocionales. Un padre
descuidado podría descuidar el alabar el comportamiento positivo, castigar con
dureza por ira o frustración o se olvida de tomar directrices claras. Los niños
prosperan cuando la disciplina es firme, justa y coherente.
Los efectos de la conducta narcisista
adulta sobre los niños
Los
hijos de padres narcisistas viven en un hogar caótico culpa del padre
narcisista que quiere todo. El padre quiere admiración, amor y reconocimiento,
todo ello a expensas de los niños. El padre narcisista quiere que sus hijos lo
llenen de amor. Si no cumplen con las normas que ha establecido, el padre ataca
posiblemente con abusos verbales y/o físicamente. Las secuelas son para toda la
vida.
Los
hijos de padres narcisistas viven en un hogar caótico culpa del padre
narcisista que quiere todo. El padre quiere admiración, amor y reconocimiento,
todo ello a expensas de los niños. El padre narcisista quiere que sus hijos lo
llenen de amor. Si no cumplen con las normas que ha establecido, el padre ataca
posiblemente con abusos verbales y/o físicamente. Las secuelas son para toda la
vida.
Los niños son culpables ante la sociedad
Un padre
narcisista es muy capaz de presentar más de una cara a su familia. En casa, él
es el padre exigente, esperando que sus hijos lo admiren todos los días. Sus
hijos nunca saben con cuál de las caras están interactuando. Podrían recibir
una sonrisa o un reto para recordarles su lugar en la familia. En casa y en
público, los hijos de un padre narcisista "reflejan" lo que el padre
quiere: una "familia perfecta", perfección, obediencia y ya que los
niños no pueden ser perfectos todos los días, fallarán ante sus padres. Una vez
que fracasan, deben pagar las consecuencias. Peor aún, los niños no saben de un
día para otro lo que su padre va a querer. Viven con miedo y confusión, de
acuerdo con Beth McLarnan de la Escuela de Graduados Adler, autor de
"Hijos adultos de Padres narcisistas: Los Ecos".
Un padre
narcisista es muy capaz de presentar más de una cara a su familia. En casa, él
es el padre exigente, esperando que sus hijos lo admiren todos los días. Sus
hijos nunca saben con cuál de las caras están interactuando. Podrían recibir
una sonrisa o un reto para recordarles su lugar en la familia. En casa y en
público, los hijos de un padre narcisista "reflejan" lo que el padre
quiere: una "familia perfecta", perfección, obediencia y ya que los
niños no pueden ser perfectos todos los días, fallarán ante sus padres. Una vez
que fracasan, deben pagar las consecuencias. Peor aún, los niños no saben de un
día para otro lo que su padre va a querer. Viven con miedo y confusión, de
acuerdo con Beth McLarnan de la Escuela de Graduados Adler, autor de
"Hijos adultos de Padres narcisistas: Los Ecos".
Los niños se vuelven narcisistas
Ser hijo
de un padre narcisista aumenta la probabilidad de volverse narcisista. El
narcisista trata a sus hijos como una extensión de sí mismo, ya que sólo por la
gracia de su embarazo nacieron. Debido a que un padre narcisista se refiere a
sus hijos como posesiones, los utiliza para ajustar cuentas con personas imaginarias.
Si su suegra ha dicho algo malo, el padre narcisista usará a sus hijos para
lastimarla. Un día, el padre narcisista ama a sus hijos y al siguiente los
castiga o verbalmente abusa de ellos, sobre todo si le fallaron de alguna
manera que sólo el conoce. Diane Downs, la madre de Oregon que le disparó a sus
tres hijos y mató a uno, fue diagnosticada con trastorno narcisista de la
personalidad, trastorno límite de la personalidad y trastorno de personalidad
antisocial. Se cree que los mató porque creía que estaban en camino a una
relación romántica.
Ser hijo
de un padre narcisista aumenta la probabilidad de volverse narcisista. El
narcisista trata a sus hijos como una extensión de sí mismo, ya que sólo por la
gracia de su embarazo nacieron. Debido a que un padre narcisista se refiere a
sus hijos como posesiones, los utiliza para ajustar cuentas con personas imaginarias.
Si su suegra ha dicho algo malo, el padre narcisista usará a sus hijos para
lastimarla. Un día, el padre narcisista ama a sus hijos y al siguiente los
castiga o verbalmente abusa de ellos, sobre todo si le fallaron de alguna
manera que sólo el conoce. Diane Downs, la madre de Oregon que le disparó a sus
tres hijos y mató a uno, fue diagnosticada con trastorno narcisista de la
personalidad, trastorno límite de la personalidad y trastorno de personalidad
antisocial. Se cree que los mató porque creía que estaban en camino a una
relación romántica.
Secuelas psicológicas
Los hijos de padres
narcisistas sufren una serie de efectos psicológicos que se derivan del
tratamiento caótico y abusivo que reciben. Estos efectos secundarios incluyen
convertirse en cuidadores crónicos, inseguridad y baja autoestima. Como
adultos, estos niños ignoran sus propias necesidades físicas y emocionales.
Pueden desarrollar trastornos de ansiedad o depresión. También pueden
desarrollar trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos de la alimentación o
trastornos sexuales. Podrían recurrir a la automedicación con alcohol o drogas
ilegales. Debido a que están tan acostumbrados a los patrones de abuso, estos
niños podrían ser incapaces de desarrollar una cercanía emocional con los demás
o adherirse a otros, temiendo el abandono y la soledad.
Los hijos de padres
narcisistas sufren una serie de efectos psicológicos que se derivan del
tratamiento caótico y abusivo que reciben. Estos efectos secundarios incluyen
convertirse en cuidadores crónicos, inseguridad y baja autoestima. Como
adultos, estos niños ignoran sus propias necesidades físicas y emocionales.
Pueden desarrollar trastornos de ansiedad o depresión. También pueden
desarrollar trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos de la alimentación o
trastornos sexuales. Podrían recurrir a la automedicación con alcohol o drogas
ilegales. Debido a que están tan acostumbrados a los patrones de abuso, estos
niños podrían ser incapaces de desarrollar una cercanía emocional con los demás
o adherirse a otros, temiendo el abandono y la soledad.
Los efectos continúan hasta la edad adulta
Los efectos psicológicos
del abuso de los padres narcisistas continúan hasta la edad adulta. A menos que
la familia del niño reconozca los problemas derivados de la matriz narcisista,
los niños podrían no concurrir a terapia. Debido a que los niños no se nutrieron
ni contaron con el apoyo parental y crecieron creyendo que su tratamiento era
normal, sus relaciones adultas podrían reflejar la crianza patológicas en las
que crecieron.
Hablar con otros padres del mal
comportamiento de sus hijos.
Cuando otro niño está actuando mal, especialmente
si tu hijo se ve afectado, es difícil saber qué hacer. Los padres son leales a
su hijos, lo que significa que el hablar del mal comportamiento de su hijo
puede comenzar una guerra de padres. Si el mal comportamiento de otro niño está
afectando al tuyo, lo mejor es tomar una posición delicada y recordar que
cualquier cosa que digas puede tener repercusiones negativas.
Los efectos psicológicos
del abuso de los padres narcisistas continúan hasta la edad adulta. A menos que
la familia del niño reconozca los problemas derivados de la matriz narcisista,
los niños podrían no concurrir a terapia. Debido a que los niños no se nutrieron
ni contaron con el apoyo parental y crecieron creyendo que su tratamiento era
normal, sus relaciones adultas podrían reflejar la crianza patológicas en las
que crecieron.
Hablar con otros padres del mal
comportamiento de sus hijos.

Cuando otro niño está actuando mal, especialmente
si tu hijo se ve afectado, es difícil saber qué hacer. Los padres son leales a
su hijos, lo que significa que el hablar del mal comportamiento de su hijo
puede comenzar una guerra de padres. Si el mal comportamiento de otro niño está
afectando al tuyo, lo mejor es tomar una posición delicada y recordar que
cualquier cosa que digas puede tener repercusiones negativas.
Habla en privado
SI tienes que presentar una
queja sobre el mal comportamiento de un niño, hazlo en privado. Decirle a un
padre delante de terceras personas que su hijo tienes un problema puede poner
al otro padre inmediatamente a la defensiva. También puede ser embarazoso.
Espera a estar a solas o considera darle una llamada por teléfono cuando puedas
hablar sin una audiencia.
SI tienes que presentar una
queja sobre el mal comportamiento de un niño, hazlo en privado. Decirle a un
padre delante de terceras personas que su hijo tienes un problema puede poner
al otro padre inmediatamente a la defensiva. También puede ser embarazoso.
Espera a estar a solas o considera darle una llamada por teléfono cuando puedas
hablar sin una audiencia.
Mantenlo ligero
Para la primera ofensa,
mantén un tono liviano y suave. No hay necesidad de enojarte o ser
confrontacional cuando simplemente estás dando a otro padre comentario sobre el
comportamiento de su hijo. Las probabilidades son que no sepa que su hijo se
está comportando mal. Simplemente di "Hey, solo quería hacerte saber lo
que está ocurriendo," y describe lo que ocurrió. De esta forma, la
conversación no suena acusatoria, sino meramente informal.
Para la primera ofensa,
mantén un tono liviano y suave. No hay necesidad de enojarte o ser
confrontacional cuando simplemente estás dando a otro padre comentario sobre el
comportamiento de su hijo. Las probabilidades son que no sepa que su hijo se
está comportando mal. Simplemente di "Hey, solo quería hacerte saber lo
que está ocurriendo," y describe lo que ocurrió. De esta forma, la
conversación no suena acusatoria, sino meramente informal.
Toma responsabilidad
Un hijo no siempre actúa
sin provocación. En lugar de acusar a otro niño de mal comportamiento, toma
algo de culpa para crear solidaridad entre tu y el otro padre. Si encontraste a
su hijo molestando al tuyo, intenta algo así como "Hey, Jhonny y Billy
estaban jugando un poco fuerte hoy. Estoy seguro de que Jhonny fue parte del
problema, pero solo quería avisarte que Billy uso lenguaje inapropiado."
Cargar con algo de culpa muestra que estás dispuesto a tomar algo de
responsabilidad del problema en lugar de apuntar con el dedo.
Un hijo no siempre actúa
sin provocación. En lugar de acusar a otro niño de mal comportamiento, toma
algo de culpa para crear solidaridad entre tu y el otro padre. Si encontraste a
su hijo molestando al tuyo, intenta algo así como "Hey, Jhonny y Billy
estaban jugando un poco fuerte hoy. Estoy seguro de que Jhonny fue parte del
problema, pero solo quería avisarte que Billy uso lenguaje inapropiado."
Cargar con algo de culpa muestra que estás dispuesto a tomar algo de
responsabilidad del problema en lugar de apuntar con el dedo.
Apégate a los hechos
Cuando tengas puesta tu
sombrero de madre, o padre, es difícil evitar que las emociones aparezcan al
decirle a otro padre sobre el comportamiento de su hijo. Pero es importante que simplemente te apegues a los hechos.
Calmadamente dile al otro padre lo que ocurrió, sin embellecer o comentarios de
tu parte. Es cosa del otro padre el cómo reaccionar, así que tu trabajo
simplemente es pasar la información.
Cuando tengas puesta tu
sombrero de madre, o padre, es difícil evitar que las emociones aparezcan al
decirle a otro padre sobre el comportamiento de su hijo. Pero es importante que simplemente te apegues a los hechos.
Calmadamente dile al otro padre lo que ocurrió, sin embellecer o comentarios de
tu parte. Es cosa del otro padre el cómo reaccionar, así que tu trabajo
simplemente es pasar la información.
Termina positivamente
Una de las mejores formas
de arreglar una conversación incómoda es terminarla con una nota positiva. Dale
al otro padre un cumplido sobre su hijo o un elogio sobre cómo maneja las
cosas. "Billy ama jugar con Jhonny, así que estoy seguro de que es un
malentendido. Creemos que él es muy divertido," o "Amé cómo manejaste
a Billy cuando estaba actuando en el parque, desearía poder ser así!" son
formas de terminar la conversación bien. Algunos comentarios podrían ayudar a
distender algo de la vergüenza que el otro padre sin lugar a dudas siente.
Haz tu parte
Por último, haz tu parte
para remediar la situación. No puedes controlar al hijo de otra persona, pero puedes disciplinar a tu propio hijo si
el ha tenido parte del altercado. Habla
con tu hijo sobre el incidente y sobre cómo evitar situaciones similares en el
futuro. Si el mal comportamiento del otro niño continúa, inventa una
alternativa, como una cita de juegos en un lugar neutral con el otro padre
presente o habla con una autoridad escolar.
Una de las mejores formas
de arreglar una conversación incómoda es terminarla con una nota positiva. Dale
al otro padre un cumplido sobre su hijo o un elogio sobre cómo maneja las
cosas. "Billy ama jugar con Jhonny, así que estoy seguro de que es un
malentendido. Creemos que él es muy divertido," o "Amé cómo manejaste
a Billy cuando estaba actuando en el parque, desearía poder ser así!" son
formas de terminar la conversación bien. Algunos comentarios podrían ayudar a
distender algo de la vergüenza que el otro padre sin lugar a dudas siente.
Haz tu parte
Por último, haz tu parte
para remediar la situación. No puedes controlar al hijo de otra persona, pero puedes disciplinar a tu propio hijo si
el ha tenido parte del altercado. Habla
con tu hijo sobre el incidente y sobre cómo evitar situaciones similares en el
futuro. Si el mal comportamiento del otro niño continúa, inventa una
alternativa, como una cita de juegos en un lugar neutral con el otro padre
presente o habla con una autoridad escolar.
¿Soy demasiado estricto, o por el contrario, muy permisivo?

La disciplina no es un castigo. La disciplina ayuda a que los niños aprendan a comportarse de manera adecuada para su edad y su nivel de desarrollo. Está comprobado que los niños necesitan que los adultos les pongan límites y los hagan sentir seguros de qué es lo que pueden hacer y qué no; eso sí, nunca deben sentirse amenazados ni temerosos, hay que enseñarles con amor y respeto.
Esta es una edad difícil en cuanto a disciplina, ya que los niños quieren hacer valer sus derechos pero les cuesta trabajo respetar los de los demás y pedir las cosas de buena manera.
Los especialistas en materia de disciplina infantil siempre recomiendan las siguientes estrategias para niños a partir de 4-5 años:
1. Establecer límites. El establecer límites de manera coherente ayuda a que los niños se sientan tranquilos y seguros. Utiliza términos sencillos que él pueda entender y con instrucciones positivas dichas en un tono amable, como por ejemplo, "Por favor guarda tu juguete ahora mismo"; o "Por favor, habla en un tono más bajo y calmado", en lugar de decir "¡No grites!". Ofrece advertencias y avisos (usa las palabras "cuando" y "entonces" como un aviso sobre algo, en lugar de emitir amenazas).
2. Ignorar. Algunos comportamientos que no son peligrosos para el niño o para los demás deberían ser ignorados (por ejemplo: el tono quejoso, el discutirlo todo, el usar malas palabras, o el tener alguna rabieta). Muchas veces, simplemente haciendo caso omiso, cesa en su mal comportamiento. Si te es difícil ignorarle en ciertos casos, puedes llevar a cabo los siguientes trucos: Evita discutir o mirarle a los ojos; aléjate de él, pero permanece en la misma habitación; distráele con algo divertido que hacer juntos; alaba un comportamiento positivo (por ejemplo:"Me gusta mucho cuando en vez de gritarme me explicas por qué estás enfadado").
3. Tiempo aparte. Es un método que sirve para ayudar a los niños a calmarse y recuperar el autocontrol, a la vez que lo recuperan los propios padres para evitar entrar en una espiral de gritos. Esta técnica no debe usarse nunca con niños menores de dos años. Si el niño tiene entre 4 y 5 años, el máximo que deben estar en otra habitación calmándose es de 5 minutos. Una vez más tranquilos, hay que explicarle lo que había hecho mal y cómo corregirlo en voz pausada.
4. Enseñar las consecuencias. Si el niño comprende que su mal comportamiento tiene consecuencias desagradables, entenderá por qué no debe hacerlo, sobre todo si le puede acarrear a él o a las personas que quiere un daño. Si está jugando con cerillas, se puede quemar; si se le pide que deje de tirar la pelota y no lo hace, se la quitaréis, etc.
5. Pérdida de privilegios. Cuando un niño tiene edad suficiente para entender que se le quitará un privilegio si continúa comportándose mal, esto puede ser una experiencia instructiva. Si le ofreces la opción de parar, le enseñas las opciones y las consecuencias y aún así continúa actuando mal, quítale un privilegio (que anteriormente le tienes que haber explicado, no es justo quitarle un privilegio a un niño si no se le ha advertido sobre cuáles van a ser las consecuencias). Por ejemplo, si rompe la cabeza de la muñeca de su hermana, ya no podrá volver a jugar con los juguetes de ella.
Las reglas deben ser conocidas por todos y cumplidas por toda la familia. Asimismo, ambos progenitores deben ejercer la autoridad y estar de acuerdo en las reglas impuestas. Estas deben ser claras y tener siempre la misma consecuencia. Hay que ser específico con lo que se permite, hasta dónde se permite, las circunstancias que rodean a la regla y qué sucede cuando se cumple y cuando no
.
Lo interesante de este proceso es hacer a los niños responsables de su propio destino, tienen la libertad de elegir entre cumplir o no con las reglas y por lo tanto ellos deciden si ganan o pierden la concesión. En la medida en que tú confíes en su capacidad para cumplir y en la eficacia de tus propias reglas, tendrás éxito en el gran reto de disciplinar a tus hijos. Extraido de http://www.todopapas.com/ninos/educacion/disciplina-mi-hijo-no-me-obedece-3419
La disciplina no es un castigo. La disciplina ayuda a que los niños aprendan a comportarse de manera adecuada para su edad y su nivel de desarrollo. Está comprobado que los niños necesitan que los adultos les pongan límites y los hagan sentir seguros de qué es lo que pueden hacer y qué no; eso sí, nunca deben sentirse amenazados ni temerosos, hay que enseñarles con amor y respeto.
ALGUNAS ORIENTACIONES PARA REALIZAR LAS TAREAS EN EL HOGAR…
La tarea, no debe ser enfocada como una tensión diaria, Debe enfocarse como un elemento importante para el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad en el niño.
àEstablecer un horario fijo, (para un niño de 5 años, el período máximo de tiempo debe ser de 30 minutos) de ese modo los niños sabrán que a esa hora no se les permitirá jugar y además se consolidará un hábito de estudio. Es importante considerar dejar un espacio de tiempo libre, después de la llegada del colegio, para que los niños se puedan relajar e incluso involucrarse en actividades físicas .
àLos niños deben tener un espacio dedicado exclusivamente para hacer las tareas, un lugar de la casa donde haya silencio, luz y ventilación suficientes. En el sitio designado para esto, deben estar los útiles escolares necesarios para la realización de las tareas. El resto de la familia, si la hay, debe respetar también este horario, colaborando para que haya un ambiente tranquilo que facilite el estudio; nada de televisores encendidos ni equipos electrónicos que puedan interrumpir al niño.
àEs bueno que el niño se enfrente poco a poco a nuevos retos. No es conveniente darle la solución a las preguntas; es mejor proponerle preguntas y/o pistas que le acerquen a la respuesta correcta, pero debe ser el niño/a el que llegue a la solución y esta debe ser verbalizada..
àIntentar que las tareas no sean una situación que provoque emociones negativas y conflictos en la relación padres-hijos. Esto se consigue poco a poco mediante refuerzos positivos. Recuerde que cada niño es diferente, cuidado con los mensajes negativos, de los cuales los niños son conscientes: “Le cuesta más trabajo que al mayor que con sólo leerlo ya se lo sabía”, “Es que a él le cuesta muchísimo”, “Él no sirve para estudiar”, “Es que no le gusta el colegio”... Lo que se debe señalar es un ¡tu puedes! ¡eres inteligente! ¡excelente hijo(a)! ¡muy bien hecho! ¡Buen trabajo! ETC
àPor último, el tiempo de juego es necesario y en un niño es fundamental. es un tiempo tan necesario como el realizar tareas; cada cosa a su tiempo y debidamente planificada son elementos para una óptima formación integral de su hijo/a.
La música en el párvulo
Quién no ha escuchado los sonidos de la naturaleza perfecta y armónicamente orquestados?, ¿quién no se ha deleitado con los variados y contagiosos ritmos de nuestra música o de otro país , con la muy especial música clásica que al igual que la popular son capaces de despertar los mas escondidos sentimientos y la más bellas imágenes?.
¿Quién es capaz de decir que nuestros niños y niñas en edad maternal y preescolar no están en disposición de percibir, crear y combinar, tanto sonidos como ritmos?.
La música, además de ser un lenguaje entendido y bien recibido por todos los habitantes del planeta, es una herramienta indispensable en nuestra labor diaria como docentes, es una forma de comunicación que los niños y niñas comprenden y les hace felices. Su valor es invaluable en todos los aspectos del desarrollo integral, como son la creatividad, la socialización, la coordinación psicomotriz, el lenguaje, la memoria, entre otros.
De allí que en la Educación Inicial, la integración de los tres aprendizajes fundamentales para el desarrollo del ser social: hacer, conocer y convivir, tienen en la música un aliado fundamental que va unido al proceso de desarrollo y aprendizaje de niños y niñas.
Por otra parte, se ha de resaltar que no es necesario ser especialista en el área de música para trabajar este aspecto, simplemente la/el profesional de la docencia debe apropiarse de una serie de herramientas que le van a permitir de manera clara y sencilla mediar este aprendizaje. Para ello, es necesario propiciarlo en el quehacer diario, no solo en el aula, sino en el hogar y la comunidad, empleando todo tipo de música, desde la académica hasta la popular; enriqueciendo su repertorio de trabajo, sus ideas y conceptos a favor de un acercamiento a una cultura musical más amplia.
La intención de este fascículo, es brindar a los/las docentes, adultos significativos y por ende a los niños y niñas, las nociones básicas para disfrutar de la música, y algunas estrategias que pueden ser enriquecidas con el compartir diario. No pretende éste ser un manual o recetario, sólo se aspira reactivar la música dentro de los espacios de Educación Inicial para favorecer el desarrollo integral de niños y niñas.
“En cualquier momento y en todas partes música”
Mucho se ha hablado
sobre el perfil que debe tener el/la docente de Educación inicial en lo que a
música respecta. En un principio se pensaba que tenía que ser especialista en
el área musical, el que trabajara este aspecto, o un(a) docente que tuviera
conocimientos musicales. A esto se le añade que muchos creen que no tienen
condiciones específicas para la música; sin embargo, estas creencias no son
válidas para abordar la música, lo importante es que el adulto se apropie de
algunas nociones básicas, tenga el entusiasmo, la disposición y sobre todo
disfrute junto con los/las niños (as) de una actividad agradable,
desestresante, enriquecedora y que además contribuye de manera vital al
desarrollo integral y el aprendizaje.
Se puede decir entonces, que el/la docente está sensibilizado (a) para las actividades musicales, cuando posee condiciones personales y profesionales, así como conocimientos básicos respecto al género musical y demuestra una actitud positiva, espontánea, de disfrute y flexibilidad para abordar efectivamente la expresión musical.
El/la docente o adulto significativo puede incluir en sus planes y proyectos didácticos, estrategias que desarrollen la percepción, observación, identificación, comparación, reconocimiento y memorización progresiva del sonido y la música.
El/la educador (a) debe aprender a diferenciar los elementos de la música: ritmo, melodía y armonía; así como también las cualidades del sonido: altura, timbre, intensidad y duración. Es importante que posea un tono de voz claro y agradable, buena articulación y modulación y adaptarse con soltura a los ritmos musicales. Asimismo, es necesario que:
Genere productos musicales creativos a través de la imitación, improvisación y creación grupal con los niños y niñas. Desarrolle el sentido auditivo del niño y la niña proponiendo actividades en las cuales se entonen sonidos y canciones a diferentes alturas, frases cantadas, escenificar con gestos y movimientos canciones del folclore regional y nacional.
Tenga cierto dominio de algunos instrumentos melódicos sencillos, preferiblemente trabajar con ellos como acompañamiento, y utilizar la voz como instrumento armónico.
Permita que el niño y la niña sean siempre los protagonistas en las actividades musicales (individual o grupal)
La música no debe abordarse con ligereza en los escenarios educativos, solo como adorno en actos culturales, o como relleno de encuentros ocasionales con la comunidad. El/la docente tiene el compromiso de resguardar los espacios para el conocimiento, apreciación y sensibilización del lenguaje musical.
El rol del/la docente u otros adultos significativos para el niño y la niña de 0 a 6 años, es el de lograr el tránsito desde la imitación hasta la creación.
Se puede decir entonces, que el/la docente está sensibilizado (a) para las actividades musicales, cuando posee condiciones personales y profesionales, así como conocimientos básicos respecto al género musical y demuestra una actitud positiva, espontánea, de disfrute y flexibilidad para abordar efectivamente la expresión musical.
El/la docente o adulto significativo puede incluir en sus planes y proyectos didácticos, estrategias que desarrollen la percepción, observación, identificación, comparación, reconocimiento y memorización progresiva del sonido y la música.
El/la educador (a) debe aprender a diferenciar los elementos de la música: ritmo, melodía y armonía; así como también las cualidades del sonido: altura, timbre, intensidad y duración. Es importante que posea un tono de voz claro y agradable, buena articulación y modulación y adaptarse con soltura a los ritmos musicales. Asimismo, es necesario que:
Genere productos musicales creativos a través de la imitación, improvisación y creación grupal con los niños y niñas. Desarrolle el sentido auditivo del niño y la niña proponiendo actividades en las cuales se entonen sonidos y canciones a diferentes alturas, frases cantadas, escenificar con gestos y movimientos canciones del folclore regional y nacional.
Tenga cierto dominio de algunos instrumentos melódicos sencillos, preferiblemente trabajar con ellos como acompañamiento, y utilizar la voz como instrumento armónico.
Permita que el niño y la niña sean siempre los protagonistas en las actividades musicales (individual o grupal)
La música no debe abordarse con ligereza en los escenarios educativos, solo como adorno en actos culturales, o como relleno de encuentros ocasionales con la comunidad. El/la docente tiene el compromiso de resguardar los espacios para el conocimiento, apreciación y sensibilización del lenguaje musical.
El rol del/la docente u otros adultos significativos para el niño y la niña de 0 a 6 años, es el de lograr el tránsito desde la imitación hasta la creación.
El juego en la matemática

Este material está dirigido a niños de 0 a 3 años de edad, que esten cursando primer ciclo de educación parvularia. En los infantes es importante integrar las matemáticas de una forma lúdica y didáctica.

Este material está dirigido a niños de 0 a 3 años de edad, que esten cursando primer ciclo de educación parvularia. En los infantes es importante integrar las matemáticas de una forma lúdica y didáctica.
El juego con los párvulos.
El juego es un ejercicio recreativo y lúdico, que se utiliza como un medio para educar, el cual crea un valor a la actividad docente dentro del aula, favoreciendo el aprendizaje de una forma motivadora, debido a que "...la vida de los niños es jugar, y juegan por instinto, por una fuerza interna que les obliga a moverse, manipular, gatear, ponerse en pie y andar..." (Calero P. Mavelo; el Juego; 2003; pp. 21). Esto trasmite un estímulo intelectual que desarrolla sus habilidades de cada niño o niña como el pensamiento creativo, el cuestionamiento y las estrategias que utiliza para superar las dificultades que se presentan durante el juego. También les permite una adaptación social, a través de la comunicación y el trato con sus pares.
La Matemática viva en el parvulario" (autor: María
R. Mira)
Desde este libro se puede obtener en forma clara y precisa los objetivos generales de la matemática en el párvulo, por medio de sus herramientas y el mecanismo que utiliza el párvulo para construir su propio conocimiento. Por lo que la matemática le proporciona al infante una estructura mental en frecuente acción, estas formándose en la etapa preescolar y ofrecer diversas herramientas desde su entorno el que le permita construir el conocimiento con la experiencia o vivencias en su vida cotidiana.
Frente al aprendizaje y la comprensión de las matemáticas, se esta generando el funcionamiento de la inteligencia, debido a esto las estructuras mentales de los párvulos tienen que estar siempre en formación, para que pueda lograr una relación con los diferentes aspectos que presenta la matemática.
Jean Piaget dice que " El problema central de las matemáticas, consiste en ajustar recíprocamente las estructuras operatorias espontáneas, propias de la inteligencia, con los contenidos y objetivos de la materia."
Con respecto al aprendizaje y la enseñanza de la matemática en el parvulario, César Coll dice que " Lo que un niño es capaz de aprender en un momento determinado, depende tanto de su nivel de desarrollo, como de los conocimientos que ha construido en sus experiencias previas del aprendizaje." Esto desde la vida cotidiana, no tan solo en el aula.
La educadora o adulto a cargo debe tener presente el nivel de desarrollo que se encuentra el párvulo y los conocimientos previos que estos presentan frente a las problemáticas y en las respuestas puedan acceder a un conocimiento más evolucionado.
Noción de espacio.
La matemática es un instrumento que potencia las destrezas, el ingenio, razonamiento lógico matematico, le permite entender y comprender el espacio. La noción de espacio se establece por una superficie, fronteras que presentan una forma sólida y un medio continuo por limites, la cual se aplica la nocion de orientación estática u direccional en los cuerpos dimencionados como; dentro- afura, abajo- arriba, etc.
Educar jugando.
El educador debe crear condiciones óptimas o adecuadas para que el párvulo construya su propio conocimiento, esto por medio del jugo, debido a que les genera confianza, libertad, creatividad, socialización y autonomía, ya que "...los niños menores aprenden mejor, mediante métodos educacionales de experencia práctica, tales como el juego y dramatizaciones..." (B. Kantrowitz y P. Wingert en Newsweek, abril 1989)
El educador debe ayudar, apoyar y guiar al párvulo en el desarrollo de la actividad, las cuales deben ser de calidad, para que puedan satisfacer las necesidades de cada niño o niña, como al grupo en general. Para obtener una educación de calidad el educador tiene que generar una comunicación afectiva e interacción con el párvulo y debe existir un respeto mutuo en la relación formada.
El juego y la matemática
El juego es un ejercicio recreativo o lúdico que favorece el
aprendizaje en una forma motivadora y primordial para la integración del
aprendizaje de los párvulos. A través del juego se puede trabajar la matemática
potenciando las capacidades mentales e intelectuales de párvulo, y en la misma
favorecer las habilidades y destrezas del educando frente a un problema.
Objetivo.
Es que el educando ponga en funcionamiento un conjunto de capacidades tanto mentales como intelectuales, desde el pensamiento creativo, la observasión, el análisis y la exploración generando la resolusión de problemas, para que así construya su propio conocimiento. Por otra parte el educando vaya formando su personalidad y su autoestima, para que pueda establecer una relación social con el educador y sus pares .
Además de ésta actitud ayudar al niño a poner en palabras lo que le pasa. En todas las situaciones podemos decir nosotros lo que el niño no puede, por ejemplo "estás enojado, ¿verdad?" o "te vino rabia porque la torre se cayó, ¿no?" demostrándole que lo entendemos y poniéndole un espejo para que él mismo, empiece a comprender que ése malestar que siente se llama enojo. Al mismo tiempo debemos "normalizarle" ése sentimiento para así habilitárselo, diciendo por ejemplo, "yo también a veces me enojo o me pongo triste".
Muéstrate firme (es imprescindible): Recuerda que cuando dices NO, debes ser fiel a tu mensaje. Si tu hijo recibe mensajes claros, comprensibles y coherentes, se sentirá seguro y arropado en su entorno. Si dices una cosa y haces otra, le crearás confusión y, antes o después, tendrás que vértelas con otro berrinche.
Objetivo.
Es que el educando ponga en funcionamiento un conjunto de capacidades tanto mentales como intelectuales, desde el pensamiento creativo, la observasión, el análisis y la exploración generando la resolusión de problemas, para que así construya su propio conocimiento. Por otra parte el educando vaya formando su personalidad y su autoestima, para que pueda establecer una relación social con el educador y sus pares .
El éxito en promover la lectura temprana en los niños
¿Cómo ayudar a su hijo ser un buen lector?
Sin duda alguna, el leer con los niños define el éxito en promover la lectura temprana. Al poner en acción algunas estrategias sencillas, se hará una gran diferencia en la capacidad de los niños de desarrollarse como buenos lectores y escritores.
Las investigaciones han demostrado que la intervención a una edad temprana es crucial para ayudar a que un niño llegue a ser un lector competente.
Actividades de apoyo para las lecturas de comprensión:
• Invite a su niño a leer con usted todos los días.
• Antes de iniciar la lectura anticipe por medio de los dibujos lo que va a tratar.
• Dialoguen sobre las nuevas palabras que se encuentran. Por ejemplo, “Esta casa grande se llama palacio. ¿Quién crees que vive en un palacio?”
• Tome una pausa y pregunte sobre los dibujos y lo que está sucediendo en la historia.
• Al terminar la lectura cuestione sobre que trató la historia.
• Lea con su hijo su libro favorito una y otra vez.
• Lea historias con palabras que riman o frases repetidas e invite a su hijo a decirlas con usted. Apunte, palabra por palabra, según su niño vaya leyendo con usted.
• Lean una variedad de libros para niños, incluyendo cuentos de hadas, libros con cantos infantiles, poesías, libros de información, revistas, periódicos y cualquier portador de texto.
• Escucharlos cuando leen en voz alta y estimularlos.
• Ampliar su rincón de biblioteca.
• Antes de iniciar la lectura anticipe por medio de los dibujos lo que va a tratar.
• Dialoguen sobre las nuevas palabras que se encuentran. Por ejemplo, “Esta casa grande se llama palacio. ¿Quién crees que vive en un palacio?”
• Tome una pausa y pregunte sobre los dibujos y lo que está sucediendo en la historia.
• Al terminar la lectura cuestione sobre que trató la historia.
• Lea con su hijo su libro favorito una y otra vez.
• Lea historias con palabras que riman o frases repetidas e invite a su hijo a decirlas con usted. Apunte, palabra por palabra, según su niño vaya leyendo con usted.
• Lean una variedad de libros para niños, incluyendo cuentos de hadas, libros con cantos infantiles, poesías, libros de información, revistas, periódicos y cualquier portador de texto.
• Escucharlos cuando leen en voz alta y estimularlos.
• Ampliar su rincón de biblioteca.
Acompañarlos a las librerías a ver libros también estimula el hábito de la lectura de los hijos. Afortunadamente, cada vez hay más libros atractivos para los niños y más librerías especializadas para ellos o con secciones de literatura infantil y juvenil. Siempre respetando sus derechos conviene llevarlos de vez en cuando a una librería, aunque no siempre se concrete la compra. Es muy bueno que miren y desarrollen su curiosidad.
También resulta positivo suscribirlos a revistas infantiles y juveniles. Recibir correspondencia a nombre de uno es agradable, y a los niños les da mucha ilusión y los anima a leer.
Finalmente, es fundamental que nos vean leer. El ejemplo es, en educación, el argumento más convincente porque posibilita la imitación, animando al niño o la niña a hacer aquello que hace una persona que tiene prestigio para ella, como es su padre o su madre.
Nuestro establecimiento incentiva la lectura con el proyecto del cuento al hogar, acercamiento también a través de las poesías, adivinanzas, trabalenguas, etc.
La infancia es una sola en la vida desarrollemos la fantasía, el juego y experiencias que incentivan este fomento a la lectura, así mejoran sustancialmente la comprensión lectora, el lenguaje, vocabulario nuevo y el conocimiento del entorno a través de los diferentes tipos de textos.
Mamita hemos extraído este párrafo, para compartirlo contigo, esperamos lo leas y lo comentes haciendo una reflexión de esta ETAPA madurativa en la que está tu hijo/a.
LOS NIÑOS (AS) QUE PEGAN
LOS NIÑOS (AS) QUE PEGAN
Una preocupación frecuente de los padres y que muchas veces llevan a la consulta, se refiere a si es normal que los niños peguen a otros niños o a los adultos que conviven con ellos.
Para responder ésta pregunta primero hay que tener en cuenta algunos factores como la edad del niño y el contexto en el que éste comportamiento ocurre.
Respecto al primer factor, podemos decir que hay dos momentos vitales en los cuales es absolutamente normal que aparezca alguna forma de “agresividad” ; éstos son: entre los dos y los cuatro años de edad, teniendo su nivel más alto en el período que va de los dos años y medio a los tres años y medio, y en la preadolescencia que generalmente coincide con el sexto año escolar, o sea entre los once y los doce años de edad.
¿Por qué los niños pegan entre los dos y los cuatro años?
En éste período de la vida es muy difícil aceptar que el mundo sea "resistente", o sea "que las cosas no sean como yo quiero que sean y en el momento que yo quiero". El niño tiene muy baja (o casi ninguna) tolerancia a las frustraciones entonces se enoja cada vez que las cosas le ofrecen la más mínima dificultad. El niño no "tolera" que las cosas no sean como él desea. Y como a ésta edad no hay un manejo del lenguaje como para que sea la herramienta fundamental de comunicación, el niño manifiesta el enojo pasando al acto, o sea, pegando, mordiendo, arañando, etc. Y ahí vienen los relatos que la mayoría de los padres con hijos preescolares han escuchado de las maestras o auxiliares a la salida del Jardín de Infantes: " tiene rojo porque fulano lo pellizcó" o " se pelearon por una muñeca y se mordieron",etc. Algunos ejemplos de situaciones por las que el niño puede frustrarse y entonces pegar o patear el piso, tanto en el contexto del jardín de infantes como en el del hogar, pueden ser: el juguete que desea lo tiene otro niño, la mamá o el papá no le entendieron lo que dijo, la torre que construyó se le desarmó, el lápiz no pinta, etc.
¿Qué actitud tomar?
Primero que nada no alarmarse sino que entender éste comportamiento como parte necesaria del proceso de crecimiento y parte fundamental del proceso de socialización.
Por último es conveniente que le enseñemos que se puede reaccionar diferente cuándo algo sale mal y esto lo hacemos simplemente mostrándoselo. Tomando los ejemplos anteriores, podemos ayudarle a armar la torre de nuevo. De ésta forma le estaremos enseñando al niño formas alternativas de reaccionar y así, de a poco, a tolerar mejor las frustraciones.
Lo esperable es que después de los cuatro años, junto con el desarrollo del lenguaje, "el pegar", se vaya sustituyéndo gradualmente por otras formas de reaccionar y que el lenguaje vaya transformándose en LA HERRAMIENTA para comunicarse.
¿Qué actitud no tomar?
Enojarse junto con el niño, gritar mientras él grita, frustrarnos los adultos también, porque el niño no responde como nosotros quisiéramos. Si actuamos así sistemáticamente, no le enseñaremos al niño formas alternativas de comportamiento, sino que le enseñaremos que la violencia es la única posibilidad.
Si no lográramos esto, porque somos seres humanos que no siempre podemos controlarnos, lo más conveniente es retirarnos unos segundos del lugar donde esté el niño, para respirar hondo e intentar calmarnos, volver y probar hacerlo mejor, pero ante todo… ¡no sentirnos culpables! Recordemos que somos seres humanos y que estamos haciendo lo mejor que podemos. Solamente un comportamiento del adulto SISTEMATICAMENTE intolerante
Cuando vemos a niños de 2, 3 o 4 años de edad haciendo un tremendo berrinche, los vemos que son sumamente voluntariosos, pensamos habitualmente: es un niño mal educado, mimado y que está manipulando a sus propios padres.
Lamentablemente en muchos casos esa es la razón por la que el niño está haciendo berrinches: porque la poca o nula educación y disciplina es lo que refleja ese estado de
conducta.
Desgraciadamente hay padres que no solamente no les enseñan a sus hijos a no ser berrinchudos, sino que aun favorecen esa situación de berrinches. Por ejemplo, cuando el niño está haciendo un berrinche y los padres detestan ver esas escenas, y para calmarlo le dan lo que el niño está pidiendo, entonces ¿qué les están enseñando, a sus hijos? Precisamente eso, que a través de los berrinches pueden lograr y obtener aquello que de otra forma no lo obtendrían.
Esperanza para la Familia, A. C. Núm. en Catálogo: 0148 Pag.1
Los berrinches en los niños
Es normal que en esa edad se dé cierto cambio de conducta por la misma independencia que el niño está logrando. No va a tener la misma conducta que un niño de 6 o 7 meses, su conducta es distinta.
Una cosa es tener a un niño de 2 a 4 años que hace berrinches, y otra cosa es que el niño crezca, deje de ser niño y llegue a la adolescencia con esa pobre formación. En ese momento, ya la circunstancia cambia totalmente. Son adolescentes que siempre tratan de salirse con la suya de forma deshonesta, aprenden a manipular a otros niños, a adultos, o maestros, y empiezan a tener problemas de conducta ya a otro nivel.
Parece curioso pero cuando los niños empiezan a hacer berrinches, los padres hacen su propio berrinche y parece una competencia, por un lado el niño llora y patalea y por
otro el padre grita y le da nalgadas, y no sabes a quién irle, pareciera una competencia.
Plan de ataque para enfrentarte a los berrinches de tu pequeño
Mantén la sangre fría: Aunque es comprensible que te enfades cuando tu hijo está chillando recuerda que el adulto eres tú. Si mantienes la calma, tendrás más posibilidades de que se apacigüe enseguida. Para mantener los nervios a raya, respira hondo, cuenta hasta 10 o dale la espalda al niño. Nunca le grites ni le pegues.
Ignóralo: Si la aplicas correctamente, esta técnica es infalible. No hacerle caso significa no hablarle, evitar el contacto físico y visual con él y, si es preciso, irte a hacer cualquier cosa. Conseguirás el resultado deseado y posiblemente mucho antes que sí hubieras intentado razonar con él. Una vez superada la rabieta, no olvides decirle lo contenta que estás de que se haya calmado y darle un fuerte abrazo.
Distráelo: Esta técnica puede aplicarse en combinación con la de no hacer caso. Al tiempo que le prestas atención, pon distancia entre los dos empezados a hablar de otra cosa como si fuera de los más interesante. Por ejemplo: “Vaya, este libro de figuritas que lindo. Voy a echarle un vistazo”. Si el niño se te acerca pero no deja de llorar, sigue sin prestarle atención hasta que se calme. Entonces, recompénsale mirando juntos el libro.
Pausa/rincón de reflexión: Durante los primeros años de tu hijo, el sistema de la pausa o el rincón de reflexión no debería ser tu primer recurso, pero si el berrinche se vuelve agresivo, puede resultar útil. Antes de ponerlo en práctica deberías advertírselo al niño. Por ejemplo: “Si vuelves a tirar los juguetes, te mandará un rato a la silla del rincón”. Si vuelve a las andadas, llévale a un lugar seguro donde no haya estímulos y déjale allí durante tantos minutos como años tenga. A continuación, ve a verle y explícale por qué lo has “castigado” allí y pídele que se porte bien.
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